El consistorio biesquense quiere de este modo superar estas dos décadas de abandono del escenario de la tragedia y trabaja con la Asociación de Víctimas en unos actos que se preparan con una especial sensibilidad. Como ha reconocido el alcalde de Biescas, Luis Estaún, fue precisamente la carta de uno de los supervivientes, Oriol Espinosa, que perdió a su madre en la riada, la que conmovió y “sacudió las conciencias” de los responsables municipales. “Nos costaba abordar el tema y lo soslayábamos. Queríamos esperar a que terminaran los juicios y se pagaran las indemnizaciones y lo fuimos postergando”, reconoció Estaún a Heraldo.

Oriol Espinosa no entendía que cada 7 de agosto tuvieran que recordar a sus familiares en un espacio abandonado que daba la sensación “de estar en la mañana siguiente” a la tragedia. La carta precipitó las cosas y ahora Oriol es uno de los principales colaboradores en los actos que se preparan con motivo del vigésimo aniversario.

El espacio central del parque que se construye, situado en las inmediaciones del barranco y contiguo al edificio de servicios del antiguo camping, estará presidido por un monolito que el consistorio ha encargado a la artesana-escultora Teresa Pueyo. El Ministerio de Fomento construirá un acceso al espacio desde la carretera N-260 y está prevista también la instalación de un gran reloj de sol, donación del ingeniero Juan Antonio Ros. La preocupación del consistorio es ahora lograr reunir a los familiares y allegados de los 87 fallecidos, una tarea difícil para la que solo cuenta con los archivos municipales. “No queremos dejarnos a nadie”, dice Estaún.