Fecha de publicación: 10/01/2017
Parque Natural de Posets-Maladeta
El Consejo de Protección de la Naturaleza de Aragón trata de impulsar el Parque Internacional de los Pirineos, una vieja aspiración francesa que vincularía el Parque Nacional de los Pirineos (Francia) con el de Ordesa y el Natural de los Valles Occidentales, en Huesca. Uniría dos conceptos o modelos proteccionistas. El Parque de los Pirineos, de inspiración europea, con municipios en su interior y el mantenimiento de las actividades tradicionales (forestal, ganadera, cinegética...) en la inmensidad sus 45.000 ha y el de Ordesa, de inspiración americana –Yellowstone- como Aigüestortes, islotes más pequeños entre 10 y 15.000 h que buscan la naturaleza virginal y entienden las actividades extractivas como excepcionales en la norma restrictiva.
También la Generalitat de Catalunya negocia con el vecino del norte la creación de un parque natural transfronterizo en las cabeceras de los ríos Ter y Freser. Su departamento de Territori i Sostenibilitat trabaja además para las ampliaciones de Aigüestortes i Llac de Sant Maurici, y del Parque Natural del Alt Pirineu en el periodo 2014-2017, según anunció. Pero estas dos virtualidades contrastan, sin embargo, con la realidad.
El recorte en los presupuestos estatales para los parques nacionales es casi del 70% en tres años –en Aigüestortes es del 100%- y en los parques naturales de las CCAA no van a la zaga, con un 60% de recorte acumulado. Desde 2005, en los espacios protegidos se ha perdido en torno al 70% de los empleos laborales y externos que generaban en el Estado. Las cifras de visitantes, sin embargo, son estables. Las 700.000 de Ordesa estarían cerca de las de las estaciones de esquí del grupo Aramón en el Pirineo aragonés (Formigal, Panticosa y Cerler) y las de Aigüestortes son tantas como las de la estación de esquí de Boí Taüll. La diferencia es que estos no pagan entrada. De momento.
Los datos científicos tampoco son buenos. El último informe de la ONG Europar-España, de 2013, advertía de que el 51% de las especies y 62% de los LIC’s (Lugares de Importancia Comunitaria) que forman la Red Natura 2000 presentan un estado de conservación inadecuada o desfavorable. “La mayoría de los espacios de la Red Natura 2000 no han sido capaces de conservar los hábitats y las especies correspondientes”, decía hace no mucho Josep Maria Mallarach, ex director del parque natural de la Zona Volcánica de la Garrotxa y profesor de gestión de espacios naturales en tres universidades madrileñas.
La pasada primavera, el presidente del patronato de Ordesa y dirigente de la Federación Aragonesa de Montaña, Modesto Pascau, y el alcalde del municipio la Val d’Echo, Luis Gutiérrez, representante en el de Los Valles, encabezaban simbólicamente una delegación que pretendía dar la voz de alarma sobre la “preocupante situación de los espacios naturales y la necesidad de medidas urgentes”. Denunciaron ante el Gobierno de Aragón y los medios “la parálisis presupuestaria”, “la falta de desarrollo normativo clarificador” y “la burocracia prohibitiva” que en el fondo, decían, ni permiten del todo el uso público, ni posibilitan un desarrollo sostenible ni sirven para la conservación y la ciencia.
En el otro lado, el modelo navarro, con un archipiélago de espacios protegidos en el que la isla grande sería el señorío de Bertiz, con apenas 2000 h, pero donde el visitante casi no distingue en el paisaje el espacio protegido del que no lo es. La pervivencia de las actividades tradicionales es similar a la del parque nacional de la vertiente norte y la situación de sus ecosistemas y especies también. “¿Pero es un territorio pequeño adecuado para la conservación de la vida que alberga? Para una rana en peligro de extinción sí, pero para el lobo, no”, dicen Pablo Campos (CSIC) y Miguel Carrera (Universidad de Salamanca).
Para qué proteger y cómo proteger vuelven a ser preguntas revisables, sobre todo cuando la administración parece olvidar un principio básico de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza para la declaración de los espacios protegidos (clasificación V, modelo europeo): “salvaguardar la interacción tradicional y armoniosa entre la naturaleza y la cultura que a lo largo de los años ha propiciado una rica diversidad biológica”.
OPINIONES
PAISAJES PERDURABLES EN UN MUNDO CAMBIANTE
El siglo XX fue el del cambio desorbitado: paisajes fruto de centurias de relación de sociedades locales y la naturaleza (gestión de prados y ganado, usos forestales, teselas de cultivos, bosques y poblados) han entrado en una súbita crisis por la economía del petróleo y las grandes urbes. Desaparece la trashumancia de ungulados y surge la de primates (la llamamos turismo). Las zonas libres de transformación intensa, litorales, humedales o montañosas, son los últimos reductos de paisajes perdurables, y se mantienen en la difícil frontera de la despoblación o la masificación. No es cuestión de recuperar el pasado, sino de aprender de él: el mosaico territorial, la gobernanza y la sociedad civil son necesarios en un futuro demasiado complejo para tecnócratas o políticos en solitario.
Joan Mayol. Naturalista
Parque Natural de la Sierra y los Cañosnes de Guara
QUE ME DEJEN COMO ESTABA
Cuando se declaró el Parque Natural de los Valles se contemplaban unas compensaciones y unas políticas de desarrollo socioeconómico que no se han cumplido. El Gobierno de Aragón prometió 6€/ha. que doblarían los 3€/ha. que p. e. la Val d’Echo recibía por ser Reserva Nacional de Caza. Sin embargo, no existen compensaciones o asignaciones, sino subvenciones a proyectos que deben redactar los ayuntamientos asumiendo que habrán de pagar el 20%. Los proyectos municipales de los espacios protegidos compiten entre sí para que los mejores reciban una parte del millón de euros asignado a su conjunto, lo que hace unos años recibía solo el de Ordesa. Los discursos políticos públicos no tienen nada que ver con la realidad.
Luis Gutiérrez, alcalde del municipio de Echo
Parque Natural de los Valles
CIFRAS
Desde la creación en 1990 del Parque Natural de la Sierra y los Cañones de Guara, su población ha aumentado un 25%. En los territorios de Ordesa, Los Valles o Posets-Maladeta, exceptuando Benasque, la población desciende paulatinamente. En torno al 10% en el mismo periodo. En el territorio pirenaico solo aumentan población las comarcas con estaciones de esquí alpino.
La crítica del elitista concepto de parque nacional americano ha alcanzado también a sus efectos negativos para la población local: desigual distribución de costes y beneficios en las áreas protegidas, soportando las comunidades locales la mayoría de los costes derivados de la creación de la figura de protección, mientras que los beneficios recaen en el conjunto del país y en el resto del Mundo (Campos, 2005, Stiglitz, 2005, y Turner et al., 2003. CSIC).
En Ordesa, protegido desde 1918, desapareció el oso y el bucardo, pero también está a punto de desaparecer la ganadería extensiva. Allí y en todo el Pirineo aragonés.
Un 27% de los 15 parques nacionales, un 48% de los 149 parques naturales y un 81% de los LIC’s del Estado español no tienen aprobado el plan de uso y gestión o la planificación que marca lo que se puede hacer y lo que no. En el Pirineo las cifras no son mucho mejores. Y ante la duda se impone el criterio restrictivo.
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